Racaneando, sin animos para levantarte, menos mal que no toca trabajar. Supongo que todos tenemos estos días en que prefieres encerrarte en ti mismo, no ver a nadie y quedarte quieto pensando, soñando, añorando. Pero sin ganas de empreder nada, como aquel que perdió batallas que parecían ganadas, y la derrota te arrebata mucho más que la victoria. Sientes no slo el vació, si no una profunda sensación de soledad:
Pero poco a poco te levantas, desayunas, miras a la calle y el mundo ha dado otro giro, y nada se detiene, lo que ayer te hizo daño se quedó atrás, hoy es una nueva oportunidad para ti.
Sonries, y sales a la calle y vuelven las ganas de tener ganas, y probablemente te volverán a herir, y tu dejarás caídos en el camino, pero así es la vida, lleno de matices, buenos y malos, pero hay que tener el valor de enfrentarlos de cara.
Vaya, hoy ya tengo ganas
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