domingo, 31 de mayo de 2009

Un nuevo punto de vista


He llegado tan solo hace unas horas y me sobra todo el cemento y el asfalto. Me comienza a molestar el tráfico, detesto este aire tan contaminado como las venas de los que gritan al otro lado de la ventana, solicitando un poco de atención o simplemente un descuento en su dosis.



Hasta hace poco pensé que no me movería nunca, mas que el tiempo de unas vacaciones de mi amada Madrid, pero ahora se me está empezando a venir grande, y la distancia comienza a ser excesiva para ver el mar. No puedo permitirme el lujo de irme a pasar el día al mar, teniéndome que conformar con un río, o un pantano; que por supuesto es un consuelo, pero no me da vida.



No quiero mas sucedáneos, no me conformo con humo, es más lo detesto, quiero paz, armonía, campo y playa, desnudez inmobiliaria a mi alrededor y sobre mi.



Como leía en el comentario de mi queridísima M Ángeles sobre una foto propia, (es tuyo)


"no tráfico, no cobertura, sin prisas.... no edificios, el sonido del mar y el aire que huele a vida... y sol y la mente que en ese lugar se eleva huyendo de la realidad y se resiste a volver...."



Y así es como quiero estar, pero no huir de la realidad, si no convertirlo en mi realidad, hacer de mi vida un sitio donde no solo valga la pena estar, si no que cada día cuente y sea aún mejor que el anterior, donde yo elija de que color pintar cada hoja del libro que compone mi existencia.


Tengo un nuevo punto de vista, no me apego más que a las personas, los sentimiento y las emociones, el lugar, la situación o el momento es lo de menos pues es circunstancial. Pero como puedo elegir, trataré de encontrar un sitio donde se propicie la fluidez de mis pensamientos.

martes, 26 de mayo de 2009

Himno a la vida




Siempre he sido consciente de lo efímero de nuestra existencia, y he tratado de valorar cada momento, de saborear y deleitarme con el presente, pero mentiría si dijera que lo había logrado siempre. Es más en muchas ocasiones, aun siendo positivo, me dejaba alcanzar por el trajín diario de la cotidianeidad. Pero el viernes la vida me ha frotado en los morros la cruda realidad, pero me ha dado una segunda oportunidad de hacerlo aún mejor. Y cuando llegue el fin, sentir que he vivido, que no me arrepiento de ninguna de las decisiones tomadas, sean o no erroneas. Ahora alzo la mirada y escucho una melodía, que produce en mi cara un extraño efecto de estiramiento facial, y dibuja en mi rostro una sonrisa. La vida es un regalo que obtenemos, y somos máximos responsables de ella, podemos ser un expectador, o el actor principal, podemos ser un crítico de nuestra vida o convertirnos en el guionista. Yo ya he decidido. No quiero volver a guardar rencor, no quiero volver a no acostarme sin, por lo menos, haber sonreído 100 veces, no quiero mantener un enfado más alla de el transcurso de una noche, y voy a mostrarme como soy, voy a ser la persona que quiero, convirtiéndome en dueño de mi vida. Quiero ver amanecer en los ojos de quien ame, abrazar a quien quiero, hablar cada día con al menos un amigo, disfrutar de mi familia, y seguir alimentándome de ese amor incondicional que nos profesamos. Quiero enamorarme, y sentir que es correspondido. Quiero viajar, quiero conocer mundo, quiero sentir que no estoy parado, quiero vivir donde esté mi alma, y quiero que mi alma encuentre su casa.

Cuando ves de cara la muerte
y pasa tu vida en un segundo
te sientes un tio con suerte
por permanecer en este mundo

Aprecias mucho más lo sencillo
restas importancia a lo banal
brota esta sonrisa de pillo
porque estoy vivo y genial

Mientras en el aire flotaba
mi vida pasó en un instantante
rencores y errores dejaba
de esta, mi vida errante

Pero dispongo de un nuevo día
en el que resarcirme y corregir
para no tener una vida baldía
y de felicidad mi vida vestir

Una concepción distinta
ahora tengo de la vida
correrán rios de tinta
expresando lo que el alma pida

No juzgar ni comparar
no gritar ni porfiar
solo vivir y soñar
solo reir y amar

Con este himno por bandera
mirando siempre adelante
toda una vida me espera
y la devoraré expectante

Intentad hacerlo hoy todo
No esperéis a un mañana
pues no existe otro modo
para vencer la desgana

Y que hable el corazón .... y brindemos por la Vida

martes, 12 de mayo de 2009

El cómo y el porqué nos saboteamos a nosotros mismos y como superarlo.




El otro día tras una conversación larga, cargada de sentimientos encontrados de matices casi imperceptibles, de conflictos de intereses propios y ocultos, me di cuenta de que en muchas ocasiones, uno mismo se convierte en su peor enemigo. Atentamos contra nosotros mismos, nos saboteamos para no ser feliz, para no prosperar en el trabajo, para no sonreír, para no ser feliz. Así a priori y aunque parezca increíble, lo hacemos, mucho más de lo que creemos.

Solemos ocultarlo consciente o inconscientemente para poder vivir regocijados en nuestra propia desgracia.

¿Cómo es? No podría asegurar nada, solo teorizar, pero por mi corta experiencia, podría decir que es una serie de actos y pensamientos que contradicen absolutamente nuestros verdaderos deseos, dando prioridad a sentimientos de culpa, falsa responsabilidad, sacrificio, desgana, apatía, desidia o un extenuante cansancio por todo y todos cuanto te rodean, llegándolos a querer alejar de ti de manera incomprensible, pues en realidad son los que realmente de apoyan y te aportan alimento para el alma.

¿Por qué? No tiene porqué haber un motivo concreto, aunque si existen factores que pueden empujar a nuestro propio sabotaje interno. Entre ellos cabe destacar varios, los vamos a ordenar a continuación, pero no por importancia, pues todos son agentes cargados de despropósitos hacia nosotros. Y señalo los siguientes:

Miedo. - Por miedo nos paralizamos, pero hasta atentamos contra nuestros propios anhelos, contra nuestra propia naturaleza, contra nuestros deseos. Podemos tener miedo a lo externo, a las consecuencias, a los efectos, a las represalias. O miedo a nosotros mismos, a alcanzar un nivel tan alto que nos de vértigo la altura, miedo a no dar la talla. Y por ultimo lo que llamo miedo a los fantasmas, pues son miedos a algo intangible, algo que sentimos pero que no vemos.

Pereza. - Pereza a evolucionar, nos acomodamos a una situación en la que no somos felices, no experimentamos nada nuevo, pero sin embargo nos encontramos cómodos, porque nos hemos acostumbrado a lo existente, renunciando a evolucionar. Como excusa solemos decirnos cosas como esta: Si consigo el ascenso voy a tener que trabajar más, si me enamoro voy a tener que comprometerme. Si tengo hijos me van a dar muchos quebraderos de cabeza.

Traumas. - Probablemente el más difícil de detectar, pues no hay una causa visible, solo que por debido a nuestro pasado nos tratamos a nosotros mismos como enemigo, como el contrario, nos ponemos un nivel de exigencia inalcanzable y nos castigamos por no lograrlo, etc…

Rencor. - No nos perdonamos actos pasados, en los que consideramos que nos equivocamos, nos arrepentimos por ello, y nos castigamos sin apostar por nosotros mismos. Nos tenemos rencor.

Hay muchos más porqués, y dos personas pueden tener el mismo, pero diferentes matices lo cual hace que sean completamente diferente.

¿Cómo superarlo? Voy a plantear algo, si te dicen que prefieres para las personas que quieres, ¿Todo lo mejor, o todo lo peor? ¿Qué prosperen, asciendan y alcancen sus metas, o que se caigan y fracasen? ¿Qué sean felices y se enamoren, que tengan hijos y siempre tengan una sonrisa en los labios, o que vivan solos e infelices? Creo que todos pensamos igual. Ahora bien, ¿Por qué no nos deseamos a nosotros lo mismo?

Eso sería volver a los porqués, y no nos interesa, nos interesa una vez definido la causa, ponerle solución. Y podemos estructurarlo en varias fases:

La primera, uno mismo tiene que quererse, amarse, comprenderse, apoyarse, cuidarse, elogiarse, admirarse, mimarse, conocerse y siempre desearse lo mejor. Quizá penséis que esto es egoísta, pues estáis en lo cierto, lo es. Pero no malentendamos el egoísmo, ni lo llevemos al extremo.
Una persona tiene que preocuparse por si misma y cuidarse, pero eso no conlleva que nos despreocupemos de los demás, eso si que sería un egoísmo dañino e iría en contra de nuestra superación, pues estaríamos saboteándonos.

La segunda fase, una vez que nos hemos dado la importancia que merecemos, ni un ápice menos, tendremos que saber realmente cual es el camino que hemos de seguir, que deseamos para nosotros mismos, que sueños perseguimos, que anhelamos desde lo más profundo.

La tercera fase es averiguar “que hay que hacer”, “y como hay que hacerlo” buscar el camino a seguir, y disfrutar del proceso de cambio, observando cada reto que superamos, cada paso que damos y obsequiándonos cada vez que evolucionemos.

Y la cuarta y ultima Carpe Diem & Just do it

Seguidores